2.- OBJETIVOS:
- Dar a conocer sobre la Biografía de Hugo
Chávez un líder
revolucionario o un populista pragmático. - Analizaremos como fue el primer período
presidencial de Chávez - Analizaremos como fue el segundo período
presidencial de Chávez - Conocer como se produjo el derrocamiento de
Chávez - Analizaremos si la Presidencia de Chávez es un
golpe o rebelión - Conoceremos los resultados que se han obtenido en la
presidencia de Chavez - Analizaremos como se encuentra la democracia
en Venezuela y
América
3.1 El primer periodo presidencial
Chávez ganó las elecciones presidenciales
el 6 de diciembre de 1998, obteniendo el 56% de los votos
válidos, que representaban el 33% de la población electoral (más de once
millones de personas para ese año). Esto equivalió,
para esa fecha, a la votación porcentual más alta
de los anteriores cuarenta años en Venezuela.
Los dos partidos dominantes hasta ese momento, Acción
Democrática y COPEI, que Chávez acusó
durante la campaña de nepotismo, cleptocracia y corrupción, se vieron obligados a renunciar
a sus candidaturas iniciales y apoyar al independiente Henrique
Salas Römer, el único que aparentaba tener la
posibilidad de derrotar electoralmente a Hugo
Chávez.
Para el desagrado de muchos, Chávez invitó
al acto de investidura de la presidencia, el 2 de febrero de
1999, al último dictador de Venezuela, Marcos Pérez
Jiménez, defenestrado en 1958 y quien rechazó las
invitaciones y acercamientos de Chávez. Los opositores de
Chávez tildaron sus promesas de campaña (luchar
contra la pobreza y la
corrupción) como demagogia y populismo,
mientras entre la izquierda fue visto como el primer
político que se salía de la línea
continuista de las oligarquías en el poder en mucho
tiempo.
Apenas iniciado su gobierno en 1999,
Chávez solicitó al parlamento una serie de poderes
especiales en el área de la economía para sanear
las finanzas
públicas y luchar contra la pobreza. En abril
de 1999, Chávez promovió un referéndum que
permitió elaborar una nueva Constitución para reformar todo el sistema.
Esta constitución fue redactada por la Asamblea
Constituyente, elegida en julio de 1999 bajo un sistema
totalmente uninominal. En dichas elecciones, el Movimiento
Quinta República, partido político de Chávez
, obtuvo con un 62% de votos el 95% de los constituyentistas, en
tanto, la oposición con un 35% obtuvo un 5% de los
escaños.
El 12 de agosto de 1999, la Constituyente declara por
decreto el Estado de
Emergencia, y se otorga el poder para intervenir e incluso
disolver otros órganos del Estado. Una
semana después, la Asamblea disuelve el sistema judicial y
poco después, el Parlamento. Esto será comentado en
el exterior como un "escandaloso golpe de
estado".
Mediante el voto popular, pero con una abstención
del 55%, el 15 de diciembre de 1999 Chávez logra sustituir
la Constitución de 1961, su promulgación
significó para muchos el logro político más
importante de Chávez. Otorgaba más poder para el
Presidente, por primera vez daba a los militares el derecho a
participar en las elecciones y concedía a las poblaciones
indígenas nuevos y específicos derechos
lingüístico, étnicos, culturales y
territoriales. También instaura el referendo
revocatorio del mandato de todos los cargos de elección
popular.
3.2 El segundo periodo presidencial
El 30 de julio de 2000, Hugo Chávez es ratificado
en el gobierno con casi 60% de los votos. Al mismo tiempo las
elecciones parlamentarias dieron mayoría absoluta al
partido de Chávez con 99 de 165 escaños, lo que le
dio poder para gobernar por decretos, lo cual incremento las
críticas dentro y fuera del país, sobre todo del
gobierno de EE.UU..
En diciembre de 2000 Chávez aprobó
la
organización de un referéndum muy controvertido
sobre la reorganización de las centrales obreras; su
plan
proponía suspender en medio año a todos los
funcionarios de los sindicatos, y
permitir que cada asociado escogiera a un nuevo candidato. De
esta forma, él podría apartar a los aliados de la
oposición y colocar gente de confianza en las centrales
obreras. La propuesta de Chávez obtuvo casi dos tercios de
los votos.
Por esos días el partido más grande de la
oposición, Acción Democrática, hizo una
propuesta para aplicar un procedimiento de
censura pero falló. Al realizarse finalmente las
elecciones sindicales en Venezuela, el gobierno recibe la primera
gran derrota electoral desde su inicio, al quedar las centrales
sindicales en manos de la oposición.
Entre los programas
sociales que destaca estos años fue el Plan Bolívar
2000, mediante el uso de militares encargados de reparar
infraestructuras como hospitales y lugares públicos,
limpiezas y embellecimiento de calles, así como la
venta de
verduras en la calle y ropa, enalteciendo entonces la labor del
ejército.
4. La Ley Habilitante y
el primer Paro
En 2001 el Congreso aprueba un Decreto Habilitante que
le da poderes especiales al Presidente para aprobar un conjunto
de leyes, incluyendo
la Ley de Tierras (que impulsa una reforma
agraria contra el latifundio, percibido como uno de los
graves problemas del
país, en donde sobran las tierras sin cultivar y los
espacios agrícolas dado el masivo éxodo que ha
sufrido el campo en perjuicio de las más sobrepobladas
ciudades del país), la Ley de
Hidrocarburos y la Ley de Pesca (que da
ventajas a los pescadores artesanales y desfavorece la pesca de
arrastre).
Si bien son aprobadas unas 49 leyes, la oposición
dirigida principalmente por la patronal más importante del
país Fedecámaras y la Confederación de
trabajadores de Venezuela (CTV), se concentra en luchar en
especial contra las tres leyes antes mencionadas,
acusándolas de ser leyes "comunistas", y llama a un primer
paro nacional
el 10 de diciembre de 2001.
Si bien el paro fue calificado como exitoso, la
oposición no logró su objetivo de
hacer retroceder al gobierno con este paquete de leyes. La
polarización en el país comenzó a ganar
fuerza, y
algunos notables aliados del presidente Chávez, como Luis
Miquilena, comenzaron a abandonarlo. Posteriormente se
conoció que Miquilena había sido persuadido por
sectores opositores de echar para atrás el paquete de
leyes, pero él no pudo convencer a Chávez ni al
alto gobierno; las leyes eran vitales para el proyecto de
Chávez de crear un nuevo orden económico y
social.
5. Derrocamiento
temporal de Hugo Chávez
5.1 Los eventos
La polarización continuó en 2002. Luego de
que Chávez reemplazara en febrero a los directivos de
la empresa
estatal Petróleos de Venezuela PDVSA con personas afines a
su proyecto, grupos de
empleados y altos gerentes de la compañía
escenificaron protestas internas, pues a su juicio se
había violado la "meritocracia", sistema de ascenso
corporativo basado en el mérito y rendimiento implementado
en la petrolera venezolana.
Las diferencias ideológicas entre los proyectos
gubernamentales y los inconformes eran irreconciliables. Para los
primeros era necesaria una revisión a fondo del
funcionamiento de la empresa y un
mayor uso de los recursos del
petróleo en planes sociales. Para los que
protestaban, PDVSA debía crecer como una gran
corporación transnacional.
El 7 de abril, el presidente Chávez
anunció el despido de estos altos gerentes, y las
protestas opositoras se intensificaron. El 9 abril de 2002 la
máxima confederación obrera del país y la
federación de empresarios, apoyados por la Iglesia
Católica, las televisoras y los partidos
políticos opositores, anunciaron un paro general de
veinticuatro horas para apoyar a los directores de
PDVSA.
Los convocantes llamaron a marchas en diversos puntos de
la ciudad capital donde
estaban ubicadas las sedes de la empresa, y el chavismo
respondió pidiendo a sus seguidores rodear el Palacio de
Miraflores (sede del gobierno) en la mañana del 11 de
abril. El paro se convirtió en indefinido al día
siguiente.
La oposición convocó el 11 de abril a una
marcha que reunió a cientos de miles de personas, que
originalmente iba destinada y autorizada hasta la sede de PDVSA
Chuao, pero fue desviada al palacio de Miraflores, sede de la
Presidencia. Al llegar al centro de la ciudad, las protestas se
convirtieron en violentos disturbios que fueron reprimidos en
medio de tiroteos de partidarios y opositores al gobierno
chavista.
Finalmente, hubo diecinueve muertos y unos cien heridos,
de ambos bandos. No pudo constituirse una comisión de la
verdad solicitada por la oposición, y más adelante
nueve policías metropolitanos y dos efectivos de la
Guardia Nacional fueron enjuiciados por varias de esas muertes.
Se acusa a francotiradores (entre ellos a un concejal del partido
oficialista MVR, imputado ante el Tribunal 26 de Control de ser
los causantes de otras, si bien fueron declarados inocentes en
2004 por un juez nombrado por el mismo partido de gobierno,
MVR).
Durante los hechos, Chávez se encontraba en el
palacio de Miraflores, desde donde emitió una "cadena
nacional" (transmisión conjunta a través de todas
las emisoras de radio y televisión
de señal abierta) de varias horas de duración, que
comenzó después de activar el llamado Plan
Ávila.
Una vez las televisoras conocieron las noticias de
los primeros muertos, dividieron la pantalla colocando de un lado
la cadena de televisión y del otro imágenes
de los muertos y heridos; debido a que está prohibido por
ley interrumpir o modificar una cadena de televisión, las
televisoras optaron por dividir la pantalla, mostrando de un lado
las palabras del Presidente Chávez y del otro
imágenes de los muertos y heridos que eran transportados.
Luego de dividir la pantalla, los canales fueron sacados del
aire en Caracas
por órdenes de Chávez, hasta que ellos mismos
restablecieron su propia señal minutos
después.
Hoy, el gobierno asegura que los medios fueron
sacados del aire pues estaban a punto de emitir el mensaje
insurreccional de un grupo de
generales y almirantes a favor del golpe. Igualmente, el
testimonio de un ex trabajador del canal privado
Venevisión señala que se le había ordenado
realizar los gráficos para la división de la
cadena con cinco horas de antelación, dando a entender que
el canal adivinó que el presidente iba a emitir una cadena
no anunciada.
Sin embargo, el mensaje de los generales y almirantes
fue emitido luego de la cadena. Dicho grupo de generales y
almirantes anunciaron (inicialmente a través de CNN en
Español, y
luego a través de televisoras locales) que
desconocían al Presidente y al alto mando militar tras los
hechos en el centro de Caracas. Hoy, el gobierno afirma que el
pronunciamiento había sido grabado con algunas horas de
antelación a los hechos en el centro de la ciudad,
basándose en parte en el testimonio de Otto Neustaldt,
periodista de CNN y vocero del Grupo de Sao Paulo en Venezuela,
quien grabó dicha noticia.
La grabación, que habla de que ya habían
varios muertos y heridos en la manifestación, se
habría efectuado horas antes de que se produjeran las
primeras víctimas fatales según las declaraciones
del propio Neustaldt, lo cual es usado por el gobierno como
evidencia de que algunos de los francotiradores fueron colocados
por los organizadores del golpe.
Se acuso a civiles partidarios de Chávez y
opositores de haber disparado en esa marcha, posteriormente un
tribunal sentenció que los partidarios de Chavéz
actuaron en defensa propia y quedaron libres.
Un video presentado
esa misma noche por la televisora privada Venevisión,
mostraba a un grupo de partidarios del Presidente Chávez
disparando desde el Puente Llaguno; si bien no se veía
hacia quienes se disparaba, el canal de televisión
afirmó que dispararon contra la marcha opositora y
causaron las muertes (este video fue uno de los detonantes del
posterior golpe, pues se dijo que los chavistas dispararon por
órdenes del Presidente).
Semanas después, los chavistas acusados indicaron
que disparaban en defensa propia contra efectivos y
vehículos blindados de la Policía Metropolitana,
quienes habrían recibido órdenes del alcalde
opositor (anteriormente oficialista) Alfredo Peña. Los
acusados afirmaron que los policías habían matado y
herido a varios chavistas minutos antes, lo que se ha intentado
después a través de videos y del documental Puente
Llaguno: Claves de una masacre, del director Angel
Palacios.
El propósito habría sido abrir paso a la
marcha opositora y permitirle tomar el palacio de Miraflores, el
cual para ese momento estaba rodeado de miles de simpatizantes
del gobierno de Chavéz.En horas de la noche, el presidente
Chávez fue presionado por los militares que lideraban el
golpe, quienes le exigieron entregarse y renunciar o, si no,
atacarían el palacio presidencial, aún rodeado de
civiles chavistas. Finalmente, en horas de la madrugada del 12 de
abril, Chávez accedió a entregarse, abandonó
Miraflores y fue transportado inicialmente a la base militar
ubicada en Fuerte Tiuna, Caracas. Las imágenes de lo
ocurrido ese día dentro del palacio presidencial fueron
captadas por las cineastas Kim Bartley y Donnacha O'Brien en el
documental "La revolución
no será transmitida".Horas después, el general en
jefe Lucas Rincón, quien en la tarde del día
anterior había desmentido rumores de la detención
de Chávez, aseguró que el Presidente había
aceptado la renuncia. En el futuro, Chávez
declararía que él nunca renunció y
justificaría la acción de Rincón, que
continuó en el mando militar y luego como ministro del
Interior y Justicia, como
un muy valiente intento para tranquilizar el país; lo cual
de alguna manera justifiaría mentir a la opinión
publica contrariando sus obligaciones y
su deber como funcionario del estado.
Horas después fue juramentado Pedro Carmona,
líder de la federación de empresarios, como
presidente interino. Acto seguido emitió un decreto que
disolvió el parlamento, el Tribunal Supremo de Justicia,
la Fiscalía, la Defensoría del Pueblo y
se dio a sí mismo poderes por encima de la
Constitución, lo que causó una gran
indignación entre los partidarios del Presidente
Chávez y en algunos sectores moderados de la
oposición, muchos de los cuales supuestamente apoyaron el
golpe contra Chávez, pero no al gobierno de Carmona. Sin
embargo, fue recibido con gran celebración por otros
sectores oposicionistas, fundamentalmente el sector empresarial
venezolano.
El 14 de abril en la madrugada, luego de fuertes
protestas populares y con el apoyo de varias guarniciones
militares, asi como de recuperación del canal del estado,
Chávez fue liberado de su prisión militar en la
isla La Orchila y repuesto como jefe de Estado, sin embargo si
bien el presidente fue repuesto en su cargo las muertes ocurridas
los días 11, 12, 13 y 14 de abril siguen impunes. El
gobierno tuvo que responder con indemnizaciones a las
víctimas de saqueos ocurridos aquellos días, que
revivieron las memorias del
27 de febrero de 1989.
El gobierno venezolano alega que Estados Unidos
participó y alentó el golpe de abril de 2002, si
bien no ha interpuesto demanda alguna
ante tribunales internacionales ni ha presentado pruebas de
esta acusación. Además de que dicho país fue
el primero en reconocer el gobierno de Carmona (después le
siguieron Colombia, El
Salvador y España),
también se señala la presencia de aviones y barcos
militares de ese país en territorio venezolano durante el
golpe, incluyendo uno que pretendía trasladar a
Chávez de La Orchila a un lugar desconocido.Luego del
golpe, los altos gerentes despedidos de PDVSA fueron
reincorporados. Si bien se estableció una nueva junta
directiva, continuó el malestar dentro de la empresa.El 14
de agosto de 2002, el Tribunal Supremo de Justicia dictó
una sentencia según la cual no ocurrió un golpe de
estado en Venezuela. Esta decisión fue acatada, pero no
compartida por Chávez, y fue anulada posteriormente en
2005, luego de atender a una apelación que se hiciera a la
anterior sentencia.
El gobierno de Chávez, sus simpatizantes y la
gran mayoría de las fuentes de
referencia y de información fuera de Venezuela (Britannica,
Larousse, BBC, CNN) consideran al derrocamiento temporal de Hugo
Chávez como producto de un
fallido golpe de Estado por tratarse de un intento de remover
mediante la fuerza a un presidente electo
democráticamente. Además, no se siguieron los
procedimientos
constitucionales establecidos: en caso de renuncia del
Presidente, el vicepresidente Diosdado Cabello debía tomar
su lugar previa aceptación de la renuncia por parte del
Parlamento.
Si el Vicepresidente tampoco estaba disponible, el
Presidente de la Asamblea Nacional tenía que asumir la
Primera Magistratura. Si éste tampoco podía
hacerlo, correspondía al presidente del Tribunal Supremo
de Justicia.
Basándose en la sentencia mencionada del Tribunal
Supremo de Justicia, hoy anulada por un fallo posterior, la
oposición niega que tal derrocamiento haya sido un golpe
de Estado y afirma que dicho derrocamiento habría sido
producido a causa de una rebelión cívico-militar
que tenía como fin preservar los derechos humanos
que habrían sido violados, según la
oposición, por la Guardia Nacional durante los hechos
violentos del 11 de abril de 2002; dicha renuncia, aunada a la
supuesta renuncia de Diosdado Cabello, el Vicepresidente
habrían derivado, según la oposición, en un
vacío de poder. Pese a las palabras pronunciadas por el
general Lucas Rincón, según las cuales
Chávez habría aceptado renunciar, Chávez
argumentó que jamás lo había hecho y
mantiene haber sido secuestrado contra su voluntad.
Dirigentes del chavismo atribuyen los asesinatos de ese
día a francotiradores y a miembros de la Policía
Metropolitana, y argumentan que la declaración en la cual
los militares rebeldes se referían a la necesidad de
intervención por parte de los mismos se habría
producido antes de los respectivos hechos violentos. La
oposición ha atribuido los asesinatos a personas apostadas
en el puente Llaguno como en un edificio en el que
funcionarían oficinas de la Alcaldía de Caracas;
dichas personas fueron temporalmente detenidas durante el
derrocamiento temporal de Hugo Chávez y luego puestas en
libertad antes
del retorno de Chávez al poder, las mismas fueron
absueltas por Tribunales controlados por el gobierno.
La oposición ha pedido la conformación de
una comisión de la verdad, similar a las constituidas en
otros países; sin embargo, hasta los momentos, la misma no
ha sido conformada.
7. El paro de diciembre
de 2002
Por diversas razones, semanas después se
reiniciaron las protestas opositoras. A mediados de año,
un grupo de 14 militares activos de alto
rango y retirados que habían estado implicados en el golpe
de abril se pronunciaron en contra del gobierno en la Plaza
Altamira; declarándose en desobediencia. Día a
día, más militares se unieron a la protesta hasta
alcanzar a unos 120 oficiales; el gobierno decidió no
reprimir ni sofocar la protesta militar, pero los medios privados
le daban una cobertura total y fue ampliamente apoyada por miles
de simpatizantes, políticos de la oposición y hasta
celebridades.
Mientras tanto, el gobierno y la oposición se
distanciaban más. El 2 de diciembre de 2002, días
después de la creación de una mesa de diálogo y
acuerdos patrocinada por la OEA y el
Centro Carter, en la cual sectores del gobierno y la
oposición se sentaban para intentar reconciliarse,
comenzó un nuevo paro general convocado por los sindicatos
opuestos al gobierno, la federación de empresarios, una
asociación de altos gerentes de la petrolera estatal, y
los medios de
comunicación, con el apoyo de la iglesia
católica y de diversos partidos políticos
tradicionales, tanto de derecha como de izquierda (como el MAS y
Bandera Roja), aglutinados en la Coordinadora
Democrática.
Su duración inicialmente era de 24 horas, pero se
prorrogó hasta convertirse en una huelga
indefinida. La petición central de los huelguistas era la
renuncia del Presidente, o la realización de un referendo
consultivo sobre la continuidad de Chávez. El referendo en
efecto ya estaba incluido en la Constitución Bolivariana,
pero según las leyes debía efectuarse a mediados de
2003, y la oposición no estaba dispuesta a esperar tanto.
Además, tampoco aceptaban las condiciones del referendo
revocatorio que estaba en la Constitución, y pedían
el referendo consultivo, que, aún cuando no era
vinculante, requería menos firmas para convocarse.
Chávez no renunció, y el paro se mantuvo durante 62
días.
Dicho paro tuvo características atípicas:
todas las televisoras privadas de alcance nacional y los
periódicos más importantes le dieron apoyo
irrestricto. Los primeros suspendiendo toda su programación de entretenimiento y sus
anuncios comerciales para dar paso a programación política e
informativa durante 18 ó 20 horas al día,
reconociendo su sesgo en contra del gobierno varias veces. Los
periódicos hicieron lo propio. El canal oficial,
Venezolana de Televisión, también participó
en esta guerra
mediática parcializándose completamente a favor del
gobierno, de esta forma la polarización se acentuó
mucho más y los medios de
comunicación imparciales prácticamente
desaparecieron. Estas posturas se han mantenido en su mayor
parte, si bien algunos medios se han plegado al abandonar
programas o artículos de corte opositor.
El gobierno también apoyó la
creación de periódicos, emisoras de radio,
televisoras y sitios web de carácter alternativo, que son consideradas
por la oposición como focos de propaganda
gubernamental, pero que el gobierno defiende como espacios de
expresión para quienes eran censurados por las emisoras
privadas.
Se insiste en que el paro además era un lock
out, ya que en muchas empresas,
fábricas y locales comerciales los trabajadores
querían continuar sus labores, pero los patrones tomaron
la decisión de pararse. Sin embargo, no puede considerarse
únicamente un lock out debido a que en la administración
pública muchos gremios se unieron al paro.
La paralización llegó a un clímax
cuando se afectó a la petrolera estatal, PDVSA. Miles de
los empleados de la empresa abandonaron sus puestos de trabajo y,
según el gobierno, algunos cometieron sabotajes en las
mismas. para intentar evitar la paralización de la
empresa, el gobierno de Chávez recurrió a la
intervención militar en la misma.
Esto trajo graves repercusiones sobre la
población con escasez de
gasolina y otros combustible, además de alimentos y otros
artículos de primera necesidad.
Las marchas entre simpatizantes de gobierno y
oposición se sucedían a diario, congregadas
especialmente en Caracas, quienes además se atrincheraban
24 horas al día en sitios claves que consideraban sus
"bastiones": la oposición se aglomeraba en torno a la Plaza
Altamira y la sede de PDVSA en Chuao (ambos en el este de
Caracas), mientras que el chavismo se concentraba en torno al
Palacio de Miraflores, la plaza Bolívar y la sede
principal de PDVSA en La Campiña (en el centro de la
capital).
La oposición, además, realizaba
"cacerolazos" (golpear ollas) durante todas las noches; en
aquellas urbanizaciones de clase media y
alta donde la oposición era mayoría, realizadas por
los vecinos de estos, pidiendo la dimisión del
gobierno.
En algunos casos, realizaron marchas durante el
día forzando a cerrar aquellos negocios y
tiendas que abrían en sus urbanizaciones, o frente a las
casas de funcionarios y simpatizantes del gobierno.
Por iniciativa del nuevo presidente brasileño,
Lula Da Silva, se conformó un grupo de "países
amigos de Venezuela", entre los que se encontraba Brasil, Chile,
México,
España, Portugal, Estados Unidos, (hasta ese momento,
Chávez se llevaba mal con los presidentes de todos estos
países, exceptuando Brasil) y algunas personalidades
estadounidenses, como el ex presidente Jimmy Carter.
Carter elaboró dos propuestas: modificar la
constitución para acortar el periodo presidencial de seis
a cuatro años, o realizar una consulta popular sobre la
permanencia de Chávez en el poder en el momento en el que
se cumpliera la mitad del periodo, lo cual ocurriría el 19
de agosto de 2003. Las dos partes rechazaron ambas
propuestas.
El paro se fue debilitando con el paso de los
días. A mediados de enero de 2003, el gobierno
logró recuperar el control de PDVSA, gracias al apoyo de
una considerable cantidad de empleados que no se unieron al paro.
El Estado decidió despedir 15 mil empleados. Los
empresarios, por su cuenta, comenzaron a abrir sus negocios y
locales comerciales, desobedeciendo a las federaciones que los
agrupaban.
La oposición rompió "informalmente" la
huelga por la presión
internacional el 3 de febrero de 2003, si bien no se hizo un
anuncio oficial.
La oposición presentó 3,40 millones de
firmas que avalaban la solicitud de un referéndum
revocatorio. El proceso de
recolección fue largo y complicado. La oposición
acusó al Consejo Nacional Electoral de parcialidad y de
irregularidades en este proceso. Sin embargo, el 3 de junio de
2004, el presidente de ese organismo publico, Francisco
Carrasquero anunció que habían sido validadas 2,54
millones de firmas, y de esta forma el referéndum se
realizaría. La convocatoria debía hacerse el 15 de
agosto de 2004, cuatro días antes de que Chávez
cumpliera cuatro años en el poder.
Para sacarlo del gobierno, la oposición
debía obtener más de los 3,70 millones de votos,
número que obtuvo Chávez en su reelección el
año 2000. De acuerdo con el primer anuncio oficial el 16
de agosto de 2004, el referéndum no aprobaba la
remoción de Chávez del cargo. La convocatoria fue
muy alta, y el cierre de las urnas se tuvo que postergar en dos
ocasiones para que todos los ciudadanos tuvieran tiempo para
votar, los comicios se realizaron también en el exterior.
Así, con el 94,49% de los votos escrutados, el 58,25%
(4.991.483 votos) rechazaba la remoción y 41,74%
(3.576.517) la apoyaba.
Todos los observadores internacionales certificaron que
el proceso fue transparente, Jimmy Carter lo tildó de
"ejemplo democrático", aunque la oposición desde el
primer anuncio reclamó un fraude electoral
que alega puede demostrar.
En Caracas, inmediatamente después de la
publicación de los resultados hubo demostraciones
anti-chavistas; los opositores consideraban que los resultados
eran inaceptables y producto de un fraude. Entre varios disparos
una mujer opositora
resultó herida de muerte. A la
fecha no se ha probado de qué bando provenían los
disparos.
Luego de la huelga petrolera y del proceso de
recolección de firmas para el revocatorio, se han
denunciado muchos casos de persecución política en
organismos del estado. Los casos más conocidos son los
despidos en PDVSA, ordenados por el propio Chávez, bajo la
premisa de abandono del cargo y sabotaje en contra de la
principal industria del
país.
Luego del proceso de recolección de firmas, el
diputado oficialista Luis Tascón publicó en su
sitio web el nombre de las personas que habían firmado la
solicitud contra Chávez, esta fue conocida como la
lista Tascón; la oposición afirma que
algunas de estas personas fueron despedidas, coaccionadas o
maltratadas, entorpecidos sus trámites o intercambios
económicos ante el estado.
La oposición y varios organismos de derechos
humanos imparciales han realizado acciones
judiciales en este sentido. Chávez en abril de 2005 mando
a "enterrar" el uso de la lista, que era retirada por el
propio Tascón de su sitio web; si bien el hecho de haber
violentado los derechos civiles de estos ciudadanos, su derecho
al ejercicio libre y secreto de decisión electoral no ha
conllevado ningún tipo de responsabilidad jurídica para el
responsable de estos delitos.
Los chavistas acusan a su vez a la oposición de
utilizar en su contra métodos
similares en las empresas privadas, basados en una lista hecha
por una ONG opositora
la gobierno. Se han reportado numerosos casos de personas que
fueron despedidas o acosadas en sus trabajos por no aparecer en
la lista, no asistir a las marchas antichavistas o simpatizar con
el chavismo.
8.1 Elecciones regionales
El fenómeno del chavismo se ha extendido
también a las elecciones regionales. Los resultados de las
elecciones para gobernadores y alcaldes de octubre de 2004
favorecieron a los partidos chavistas: veintidós (22) de
los veinticuatro (24) estados quedaron en manos de gobernadores
del partido MVR. Sólo los estados Zulia y Nueva Esparta
quedaron en manos de la oposición. En otros estados, la
victoria de los chavistas fue muy ajustada.
La oposición sostiene que las elecciones fueron
fraudulentas, sobre todo al ver cómo perdían en
estados que tienen una fuerte influencia antichavista. Estos
alegatos han sido desestimados por los observadores
internacionales, especialmente por el Centro Carter.
8.2 Elecciones parlamentarias de 2005
En las elecciones parlamentarias del 4 de diciembre de
2005, absolutamente todos los curules del Parlamento fueron
ganados por diputados simpatizantes del presidente Chávez,
luego de que los principales partidos de oposición
decidieran retirarse y llamaran a la abstención. El
argumento esgrimido por dichos partidos fue la falta de confianza
en el Consejo Nacional Electoral, si bien dicho ente
cumplió con casi todas las exigencias que realizó
la oposición, por lo que el retiro fue calificado por los
observadores internacionales de la OEA y la Unión
Europea como "muy sorpresivo". La abstención fue de un
75% de los votantes inscritos, ligeramente por encima del
promedio histórico para este tipo de elecciones
9.1 Devaluación de la
moneda
El bolívar, que había sido una de las
monedas más sólidas de América desde
comienzos de siglo XX, incluso recuperándose y mejorando
el estado anterior al crack de 1929, a partir de la
instauración de la democracia y con ella, lamentablemente,
de los gobiernos socialistas en el país, comenzó su
acentuada y, hasta hoy constante devaluación.
Desde el restablecimiento de la democracia y la llegada
al poder de los primeros socialistas, la moneda pasó de
3,35 bolívares el dólar en la década de
1950, a los 4,30 bolívares el dólar en 1973. Nadie
imaginaría que a mediados de los ochenta el dólar
valdría 14,50 bolívares, ni mucho menos que para
comienzos de los noventa, un dólar costaría 39,35
bolívares. Así hasta que el buen dólar
alcanzó los 170 bolívares en 1994, y llegó a
los casi 700 bolívares en 1999. Hoy, en 2006, el
dólar vale 2.150 bolívares.
La moneda se ha devaluado más de 1.200
bolívares en siete años. Cuarenta años de
socialismo
hicieron que la moneda se devaluase más de un 400%. Y el
último gobierno de la república ha logrado que la
moneda se devalúe, en siete años, casi un
150%.
9.2 Gigantismo estatal, Burocracia y
Petróleo
Pero es en 1973, con el dólar a 4,30, cuando la
guerra de Yom Kipur "obliga" a los gobiernos
socialdemócratas a tomar las medidas necesarias para
nacionalizar la industria petrolera en los tres siguientes
años. Con PDVSA formando parte del Estado, el despilfarro
gubernamental comenzó a suponer pérdidas
multimillonarias a costa del contribuyente. En 1975 cerca de
treinta empresas estatales perdieron 1.031 millones de
bolívares. Para 1979, las pérdidas alcanzaron los
5.000 millones, y para 1980 las pérdidas alcanzaban los
10.000 millones de bolívares.
Con Chávez, la salida de capitales ha superado
los 32.000 millones de dólares. Es decir, 68.800.000.000
(sesenta y ocho mil ochocientos) millones de
bolívares.
El Estado, antes de Chávez, paralelamente a las
pérdidas económicas, crecía en otros muchos
aspectos. 350.000 empleados públicos en 1973, frente a los
700.000 funcionarios de 1979 y el millón de funcionarios
de 1984. Hoy Venezuela tiene 1.630.000 empleados públicos,
en una población de 25 millones de personas.
9.3 Gasto Público
En paralelo también, el primer gobierno de Carlos
Andrés Pérez supuso un gasto
público de 230.000 millones de bolívares. Algo
nunca visto hasta la fecha. Pero con Luis Herrera Campins el
gasto aumentó a 392.000 millones de bolívares. Y
con Lusinchi alcanzó los 710.000 millones.
El regreso al poder de Pérez, para desgracia de
todos, hizo que el gasto público aumentase hasta alcanzar
los 3.634.500 millones de bolívares. Pero sería
Caldera, socialcristiano, quien aumentaría el gasto
público a 33.590.582 millones de bolívares. Esto
es, el Estado paternalista previo a Chávez gastó
más de 38.000 millones de bolívares en poco menos
de tres décadas.
Pero con Hugo Chávez en el poder el gasto
público ha aumentado un 600%[4], disipando mucho
más dinero del que
ingresan las arcas estatales. A pesar de un aumento de ingresos nunca
visto y un considerable aumento de impuestos, el
déficit público no ha dejado de crecer en
ningún momento.
9.4 Deuda externa
Y debido a ese colosal despilfarro económico la
deuda externa
ha pasado de los 27.000 millones de dólares en 1999 a los
47.000 millones de dólares en la actualidad. Además
de que el financiamiento
de la factura
petrolera de otros países latinoamericanos suma a esta
deuda otros 20.000 millones de dólares.
9.5 Desempleo
Por eso las consecuencias de una gestión
socialista son empíricas y fácilmente comprobables.
El chavismo es una amplificación del anterior socialismo.
Una amplificación que, lamentándolo mucho,
está convirtiendo a Venezuela en un país sumamente
pobre.
Esta burocracia ha hecho que cierren 7.000 industrias en
siete años. En un país donde no es factible crear
riqueza, no es posible generar empleo. El
cierre de estas empresas, que en 1999 eran 11.000 y hoy son menos
de 5.000, es la razón por la que el desempleo en el
país, como es de esperar, se haya disparado.
En el sector privado trabajan 9 millones de personas, de
las cuales 5,2 millones se encuentran dentro del empleo informal.
Esto se debe a que el Gobierno ha imposibilitado la capacidad de
emprendimiento empresarial de los venezolanos y, como no, la
labor de las multinacionales en el país. Esto quiere
decir, simplemente, que de los nueve millones de empleados,
sólo 3,2 millones poseen un empleo dentro de la
economía formal, que supera, cuanto menos, el sueldo
mínimo.
Aunque la tasa de desempleo varía constantemente,
ésta cerró en 2005 en un 11,4% de la
población total; y casi el 25% de la población
activa. Y que de ese porcentaje restante, tan sólo 3,2
millones están dentro de la economía formal,
mientras que 1,63 millones son empleados
públicos.
El proteccionismo económico, los aranceles a la
exportación e importación, los impedimentos
burocráticos y la política
fiscal han logrado que Venezuela viva la peor crisis de toda
su historia,
amortiguada con el despilfarro propagandístico del
Gobierno.
9.6 Pobreza
Entonces, como es de esperar, en un país con un
Estado elefantiásico, un enorme gasto público,
devaluación, desempleo, corrupción, déficit
público e inflación, entre otras muchas cosas, hay
también, triste y obviamente, mucha pobreza. El aumento de
la pobreza es consecuencia directa de todo lo anteriormente
nombrado, y esto, consecuencia de los socialismos.
Según el Instituto Nacional de Estadística, la pobreza ha aumentado un
10,2%, en los primeros cinco años de gobierno chavista.
Asombrado por ello, Chávez acusó al INE de calcular
la pobreza de forma "neoliberal", en un país que es
socialista.
Pero los datos del
Instituto Nacional de Estadística son objetivos y
comprobables. Según el Informe de
Desarrollo
Humano de 2005 del Programa de
Desarrollo de
la ONU, la renta per
cápita en Venezuela ha caído de los 5.390 a los
4.900 dólares.
La pobreza ha crecido en los últimos años
alcanzando a un 53% de la población total. Es decir, a
12,7 millones de venezolanos.
La pobreza extrema también ha aumentado
considerablemente con Chávez en el poder, alcanzando al
25% de la población total. Esto significa que la pobreza
extrema ha crecido en más de un 50%: del 16,6% al 25% de
la población. Cerca de un 17% de la población
venezolana, más de tres millones de personas, sufren
desnutrición.
Tantas cifras pueden suponer un enredo para el lector
medio de este artículo. Entienda usted que Chávez
llegó al poder respaldado por una gran mayoría de
venezolanos hartos de los socialismos anteriores, cometiendo el
habitual error de creer que socialismo se cura con más
socialismo.
9.7 Despilfarro
Ese gran problema del socialismo chavista ha sido
invertir el dinero en
materias sumamente innecesarias y que no mejorarán, en
ningún aspecto, la vida del venezolano. Pero Chávez
ha sobrepasado todos los límites.
Entre algunas, podemos tomar en cuenta las siguientes (en
millones de dólares):
Venezuela (limitándonos a): 6
millones de dólares para la computadora
bolivariana; 1,25 millones en el Plan Anticorrupción;
20.000 millones en industrias básicas; 100 millones para
Empresas de Producción Social; 300 millones para amas
de casa; 5 millones a empresas quebradas; 62,4 millones para
cooperativas y
8 millones para el Festival de la Juventud y los
Estudiantes.
9.8 Estado de la democracia
Internacionalmente, hemos sido vistos como epicentro de
la democracia de América. Tanto así, que la
progresía europea, y cualquiera que apoye al chavismo, han
defendido ciegamente las encuestas que
sitúan a Venezuela como el país más
democrático de América
Latina.
Así pues, no sólo demostraré que
Venezuela no es el país más democrático de
América Latina, sino que es, de hecho, el país
menos democrático de todo el continente. Y esto es
consecuencia del socialismo chavista.
Entendamos siempre la democracia como el medio para
cambiar a los gobernantes regularmente, sin nunca poner en
peligro nuestras libertades individuales. No entendamos, por
tanto, la democracia como un fin contra sí
misma.
Según las encuestas, Venezuela es el país
más democrático de América Latina: el 56% de
los venezolanos se encuentran satisfechos con la democracia,
frente al 31% de los latinoamericanos.
Hay un paso infinito entre satisfacción
democrática y realidad democrática. En Venezuela,
la democracia funcionó poderosamente para llevar a
Chávez al poder, pero el pueblo venezolano, a pesar de su
satisfacción, dejó a un lado la democracia. Y eso
es reciente:
La abstención de las últimas elecciones
presidenciales del año 2000 fue del 76%. El acto
democrático sólo lo realizó el 24% de los
llamados a las urnas.
En el referendo revocatorio contra Chávez hubo
abstención del 54,06%.En el 2000, en el referendo para
remover a los líderes sindicales la abstención
rozó el 77%. El referendo de 1999 para aprobar la
Constitución Bolivariana obtuvo una abstención del
55,63%: de los casi 11 millones de venezolanos llamados a las
urnas, tan sólo 3,3 millones votaron a favor de la nueva
Constitución, que fue aprobada.
Y en las últimas elecciones municipales, en
agosto de 2005, la abstención fue del 68,6%. Sólo
un 31,4% de los venezolanos llamados a las urnas decidió
participar en el proceso democrático.
Aunque, asimismo, las encuestas dicen que el 56% de los
venezolanos sienten satisfacción democrática, pero
son sólo 2 de cada 10, los participantes en el proceso
democrático.
Abreviando, en Venezuela existe una profunda
satisfacción democrática pero una mínima
participación en el proceso democrático, siendo el
país con menor participación democrática que
hay en Latinoamérica:
Uruguay (91,8%); Chile
(90,6%); Paraguay (80,5%);
Brasil (78,5%); Bolivia
(71,3%); Ecuador (70,1%); Costa
Rica (69,5%); México (63,3%);
Colombia (45%); Guatemala
(40,3%); El Salvador (38,5%) y
Venezuela (24%).
Eso significa, en simples palabras, que los venezolanos
han dejado de creer en la democracia. Y que a pesar de que es un
país con una alta satisfacción democrática
–según encuestas–, se trata, de hecho, del
país menos democrático de Latinoamérica.
Aunque no siempre fue así.
Desde el inicio de la democracia en 1958, los datos de
abstención fueron, incluso ese año, del 6%.
Posteriormente se mantuvo al 3%, hasta que pasados los
años ochenta la abstención alcanzó un 12%.
En 1988 fue del 18%, y en 1993 ésta alcanzó el
39%.
En 1998, cuando Chávez llegó al poder, la
abstención fue del 36%. A partir de entonces se ha
duplicado, alcanzando en las últimas elecciones
presidenciales un 76%.
- Enciclopedia Encarta 2006
- http://www.liberalismo_org Los resultados del
chavismo.htm - Chávez amenaza con revocar las concesiones de
las televisiones privadas – ELPAIS_es –
Internacional
Verónica Meneses
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